Si dudas, espera hasta estar seguro.

Domingo, 28 de enero de 2018,


Estoy muy contenta porque el día ha sido productivo y lleno de posibilidades, fui a la playa a pasear con mi llama gemela y mis dos perros, necesitaba despejar la mente. Los rayos cálidos del sol me nutrían a la vez que el aire con notas de salitre que tanto me recuerda la infancia, rozaba mi piel pálida y la refrescaba, mientras tanto pensaba en lo que me place de verdad en un momento como éste, que era ver como mis perros corrían en total «libertad».

perros corriendo en libertad
Espontaneidad animal

Hoy es día de tomar decisiones, de esas que sabes que pueden dar un giro a tu vida. El problema es que cuando los sentimientos están a flor de piel, la balanza se desajusta y lo que antes parecía fácil, ahora se complica y mucho. No hay una fórmula exacta para elegir el mejor camino a tomar, lo que hago cuando estoy en conflicto interno y tengo miedo a equivocarme, es esperar. Sí amigos, espero hasta tener la claridad suficiente para finalmente apostar. No se trata solo de hacer un análisis profundo y listas de pros y contras, a veces es tan sencillo como elegir el camino que te lleve a estar en paz contigo mismo, aunque esta paz sea a largo plazo.

Lo que hay que tener claro es: ¿Cuánto estás implicado y dispuesto a renunciar a según que cosas para obtener lo que deseas? La mayoría de las veces nos falta gas y nos comprometemos a empezar algo que en el fondo sabemos que no vamos a acabar, autoengañándonos con falsas promesas. (Larala, lerele) Incluso a veces ya empezamos derrotistas, con la clásica frase «no puedo«. Si ya estamos sentenciando como acaba el juego antes de empezarlo, ni falta que hace siquiera emprender ningún esfuerzo, ya sabemos como se acabará y cual será el resultado, por eso hay que mantener el enfoque y superar las dificultades.

No hay excusas que valgan para justificar lo que no «podemos» acabar. Quédate con esa frase que te voy a decir,  me la dijo una señora bastante mayor y experimentada, mientras hablaba el por que no la venían a visitar sus familiares, ella me decía resignada y con total convicción: «Hace más el que quiere que el que puede«. Me convenció. Después de oírla pensé que lo mejor que podía hacer, era invertir mi tiempo en cosas a las que quería, las que de verdad tienen peso, las que me podré llevar cuando me vaya de este mundo. Todos somos capaces de vencer todos los obstáculos que encontremos por el camino para llegar a donde de verdad queremos, y no habrá nada ni nadie que nos detenga, haz memoria y recuerda todo lo que has logrado, lo que te ha costado conseguir todas y cada una de tus victorias. Aclárate las ideas, reflexiona profundamente y sé honesto contigo mismo, ¿Qué es lo que quieres en realidad, lo que buscas con todas tus fuerzas? Sea lo que sea, te puedo garantizar que la respuesta la encontrarás en tu interior. Yo estoy en ello, ¿y tú?.

Si te gusta leer posts como este y crees que son útiles deja tu comentario, me encantaría leer tu opinión y saber qué pasa por tu mente. Aquí te espero y te invito a que te animes a aportar un poquito de ti.

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