Al hacerse adulto, somos más conscientes de las críticas que recibimos, pero la verdad es que las llevamos escuchando desde pequeños, esas evaluaciones que recibimos, a la que estamos expuestos, pueden tener grandes y graves influencias en nuestra formación, tanto para bien cuanto para mal, principalmente en la infancia que es cuando somos más susceptibles. Las críticas no tienen porque ser algo malo, la verdad es que si son bien hechas y con fundamento, son un arma a nuestro favor para ayudarnos desde otra perspectiva, una que no se nos había ocurrido hasta entonces.
También hay un lado negativo en esa cuestión, es cuando no tenemos la fuerza suficiente como para lidiar con ellas, cuando hay otros aspectos de nuestra personalidad o de circunstancias varias que nublan nuestro propio juicio. Hay que tener cuidado con eso, pues nos puede hacer daño e interferir en nuestras vidas, por eso es tan importante y no cansaré de repetir una y otra vez la necesidad de auto conocerse, uno mejor que nadie sabe quién es y lo que quiere lograr. Cuanto a las críticas en general, siempre es bueno escucharlas y nunca tomarlas a pecho, sean las que sean, por más descabelladas que parezcan, ¿vienen de personas objetivas y con criterios? ¿Viene de gente en la que confiamos? Si aprovechamos los ensinamentos de quien sabe de lo que está hablando, de quien tiene experiencia, tendremos más probabilidades de acertar, usemos pues nuestra intuición para percibir las intenciones de las personas que nos hablan.
A veces el no ser consciente de la sabiduría interior afecta hasta el punto de empezar a creerse ideas equivocadas al respecto de uno mismo. Cabe a nosotros y solamente a nosotros darnos la oportunidad y el beneficio de la duda. Seamos más analíticos entonces, observemos nuestro comportamiento para poder aceptar quienes somos y modificarnos a la medida que deseemos. Cambiaremos a lo largo de nuestra vida eso es indudable, pero es mejor cuando uno escoge como cambiar, qué cambiar y cuándo cambiar. De otro modo también lo haremos pero por las circunstancias a las que estemos sometidos y esos cambios suelen ser traumáticos y dolorosos, lo hablo por mi propia experiencia. En definitiva, escuchemos, argumentemos, defendamos nuestra posición desde una mentalidad abierta dispuesta a aprender y a incorporar nuevas ideas, ya sean ajenas o propias, esas que pueden surgir del debate que proviene de cuando nos critican.