Lunes, 29 de enero de 2018.
Se puede vivir como uno quiera, con tantas distracciones en el día a día, es difícil concentrarse, mantener el foco en lo que te propones se puede volver una ardua tarea. Luchando y remando en contra de la marea, oyendo tu yo interior repitiendo como tienes que actuar y luego hacer cualquier cosa.
Eso es así cuando somos arrogantes y nos pasamos de confiados, creemos saberlo todo y no nos importa tanto lo que debería de tener importancia.
Lo importante es la presencia, el acompañar, el amor y el cariño. Esos son unos de los ingredientes principales que nos ayudan a ser personas mas humanas, mas compasivas, mas implicadas con los demás. Pero cada cosa a su tiempo, antes de conectar con el exterior, es necesario conectarse con uno mismo, entenderse, encontrarse, escucharse, amor propio amigos… Tarea difícil pero indispensablemente necesaria. Cuando logras anticiparte a tus emociones, porque ya te conoces y reconoces lo que te sienta bien y lo que no, aprendes a encontrar atajos para evitar exponerte a situaciones que podrían desnivelar el equilibrio interno.
Estar en un mundo en el que hoy estás y mañana ya no, para mí es perturbador. El hecho de no tener el control de tu vida en tus manos, de tener que planificarlo todo o al contrario, essa falsa sensación que a veces se tiene de que esté todo bajo control, es un engaño. Creo que sí se puede construir realidades y atraérselas, pero controlar, eso ya son palabras mayores. Me limito entonces a vivir un día de cada, disfrutando de todo lo que puedo, a veces, hasta me encuentro haciendo planes de futuro de cara a la vejez y pienso, ¿llegaré hasta allí?, ¿Quien me acompañará? ¿Seré amada entonces? Espero que si llego, aun que no me acompañen, acompañar y aun que no sea amada poder amar y con cariño siempre actuar.